Barcelona es una de las ciudades más importantes de España, siendo la capital de la provincia con la que comparte el nombre, así como también de la comunidad autónoma de Cataluña. Por su ubicación la ciudad tiene un clima mediterráneo típico contando con un matiz subhúmedo y septentrional.
El clima de la ciudad de Barcelona es muy agradable, ya que en comparación con otras ciudades ubicadas más al norte del Viejo Continente suele tener un promedio de temperatura más templado, por lo que sus habitantes no suelen sufrir de inviernos muy intensos, ni tampoco de veranos con temperaturas infernales, como si sucede en otras ciudades importantes de Europa.
En la clasificación académica, la ciudad de Barcelona tiene un típico clima mediterráneo, en donde la sequía estival propia de todas las ciudades con las que comparte el tipo de clima se ve apaciguada por las tormentas estivales.
Una de las características principales del clima de Barcelona es la muy poca oscilación térmica diaria que se produce en la ciudad, en promedio solo varía en 8 grados promedio, por lo que tiende a ser un clima menos sorpresivo e incluso agresivo para sus habitantes y visitantes.
Como en casi todas las ciudades mediterráneas el verano es cálido, mientras que el invierno es fresco, teniendo adicionalmente a su favor el efecto de isla de calor, ya que tanto la densidad demográfica y su altura la favorecen considerablemente, teniendo una amplitud térmica anual de solo 15 grados centígrados, algo mucho menor que en otras zonas de la Península, ya que la condición marítima influye directamente en los valores meteorológicos.
El promedio de temperatura anual de la ciudad de Barcelona es de 16 grados, algo mayor a las zonas urbanas aledañas, ya que tiene una densidad urbana mucho mayor que cualquier otra ciudad cercana.
El invierno de la ciudad de Barcelona es fresco, con una temperatura promedio de 9 grados en enero, siendo este el mes más frio del año, además es muy poco factible que en la región se produzcan heladas y en cuanto a las nevadas el promedio histórico señala que solo se produce una cada dos años, sobre todo en zona urbanas. En algunos municipios cercanos, sobre todo en zonas montañosas es mucho más frecuente este tipo de fenómenos, ya que la altitud incrementa este tipo de circunstancias climáticas.
Por su parte, los veranos son en promedio cálidos, contando con un promedio de temperatura histórico de 24 grados en agosto, siendo este el mes más cálido del año, aunque las temperaturas máximas no logran superar los 30 grados, mientras que la mínima usual es de 20 °.
La primavera en la ciudad de Barcelona es mucho más agradable que en otras ciudades de Europa, ya que comienzan a verse temperaturas cálidas, las cuales permiten disfrutar de todos los atractivos turísticos y no tener tantas probabilidades de lluvia, como sí sucede en esta estación en otras latitudes. El promedio de temperatura comienza en los 15 grados para las primeras semanas llegando a finalizar la estación con marcas superiores a los 21 grados.
Tal cual como sucede en todos los rincones del planeta, las estaciones intermedias (otoño y primavera) van perdiendo características marcadas, hace varios años da la sensación que del frío se pasa rotundamente al calor y viceversa, por lo que siempre el calentamiento global hace de las suyas en todos los pronósticos históricos.
El otoño a medida que pasa el tiempo se hace esperar, refrescando las temperaturas solo en el mes de octubre, en donde la mínima suela descender hasta los 15 grados mientras que la máxima se mantiene cercana a los 21°.
La precipitación anual promedio es de 600 mm, teniendo su máxima expresión a final del verano y principios del otoño, en donde la media de la ciudad de Barcelona recibe más del 20% de la cantidad de lluvia anual, mientras que los meses más secos se dan durante el verano sobre todo en el mes de julio, en donde en promedio solo caen 20 mm.
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